Pocos lugares en Edimburgo combinan tan bien naturaleza, historia y belleza urbana como los Jardines de Princes Street. Situados en pleno corazón de la capital escocesa, bajo la mirada del Castillo de Edimburgo, estos jardines son un refugio verde que sorprende tanto a locales como a viajeros.
Caminar por ellos es un descanso para los sentidos: el bullicio de la famosa calle comercial queda atrás y se abre un paisaje de fuentes, monumentos y árboles centenarios.
Hoy te invitamos a descubrir su historia, sus secretos y las curiosidades que hacen de este espacio un lugar imprescindible en cualquier visita a la ciudad.
Jardines de Princes Street en la historia de Edimburgo
Lo que hoy vemos como un parque lleno de vida y de color no siempre fue así. En la Edad Media, el lugar estaba ocupado por el “Nor’ Loch”, un enorme lago artificial que servía de defensa natural al Castillo de Edimburgo. Este lago, sin embargo, también se convirtió con el tiempo en un foco de enfermedades y contaminación.
Fue a comienzos del siglo XIX cuando se decidió desecarlo y transformar el área en un espacio verde. Así nacieron los Jardines de Princes Street, siguiendo la moda de las grandes ciudades europeas de crear parques urbanos para pasear y disfrutar del aire libre.
Desde entonces, este oasis se convirtió en el corazón de la vida social de Edimburgo. En sus caminos se celebraban conciertos, ferias y encuentros vecinales. Hoy en día, todavía conservan ese espíritu de punto de encuentro, especialmente en Navidad, cuando se llenan de luces y de un mercado festivo que parece sacado de un cuento.
Monumentos que puedes ver dentro del jardín
Pasear por los jardines no es solo disfrutar de la naturaleza, sino también descubrir la memoria de Escocia a través de sus monumentos. El más famoso es, sin duda, el Monumento a Sir Walter Scott, una imponente estructura neogótica dedicada al célebre escritor escocés. Con sus 61 metros de altura, se trata del mayor monumento del mundo erigido en honor a un autor literario.
A lo largo de los jardines encontrarás también estatuas de poetas, inventores y figuras históricas que marcaron la identidad de Escocia. Entre ellas destacan las dedicadas a David Livingstone, el explorador, y a James Young Simpson, pionero en el uso del cloroformo. Cada rincón guarda una historia, y recorrerlos con calma es una manera de conocer la riqueza cultural de la ciudad.
Además, los Jardines de Princes Street ofrecen unas vistas espectaculares: hacia un lado, la imponente silueta del Castillo de Edimburgo; hacia el otro, la elegancia de la New Town con su estilo georgiano. Un contraste que resume a la perfección la dualidad de la ciudad: medieval y moderna, antigua y vibrante.
Un paseo entre naturaleza y leyendas
Si algo hace especial a este lugar es su peculiar orografía. Los jardines están divididos en dos partes: los East Princes Street Gardens y los West Princes Street Gardens, separados por la colina The Mound.
El lado este es más abierto, con amplias praderas y el protagonismo del Monumento a Scott. El lado oeste es más íntimo, con senderos serpenteantes y rincones escondidos que invitan a detenerse. Aquí encontrarás la Ross Fountain, una fuente de hierro fundido traída de París en el siglo XIX, que hoy es uno de los símbolos más fotografiados del parque.
Pero no solo hay belleza, también hay leyendas. Se cuenta que bajo los jardines aún reposan los secretos del antiguo lago Nor’ Loch, escenario de oscuros episodios medievales como juicios de brujas y ejecuciones. Pasear sabiendo esto le da al lugar una dimensión distinta, casi mágica.
Jardines de Princes Street y el tour hacia Dean Village
Lo maravilloso de los Jardines de Princes Street es que no son solo un destino en sí mismos, sino también el inicio perfecto para otros recorridos por Edimburgo. Uno de los más recomendables es el Free Tour de Dean Village y el Water of Leith.
Este paseo comienza precisamente con las vistas desde la New Town y atraviesa los jardines para después llevarte hacia uno de los barrios más pintorescos de la ciudad. Dean Village parece detenido en el tiempo: casas medievales, antiguos molinos y un entorno natural que hace olvidar que estás a pocos minutos del centro.
La combinación de historia y naturaleza convierte este tour en una experiencia única. Es como seguir un hilo invisible que conecta el bullicio de Princes Street con la tranquilidad del río Water of Leith. Y si algo queda claro al recorrerlo es que Edimburgo sabe guardar secretos en cada esquina, esperando a ser descubiertos por quienes se animan a caminar.
Jardines de Princes Street: consejos para tu visita
Si vas a visitar los Jardines de Princes Street, aquí van algunos consejos prácticos:
- Mejor momento del año: en primavera y verano, cuando las flores lucen en todo su esplendor. En invierno, no te pierdas el mercado navideño.
- Tiempo recomendado: dedica al menos una hora para recorrerlos con calma.
- Qué no perderse: el Monumento a Scott, la Ross Fountain y las vistas hacia el Castillo.
- Fotografía: al atardecer, la luz tiñe el castillo de tonos dorados y la panorámica desde los jardines es sencillamente espectacular.
Conclusión: Jardines de Princes Street, el alma verde de Edimburgo
Los Jardines de Princes Street son mucho más que un parque. Son el pulmón de la ciudad, un espacio que guarda historias medievales, monumentos a grandes figuras y rincones perfectos para desconectar del ritmo urbano.
Visitar Edimburgo sin pasar por aquí sería como dejar un libro a medio leer. Así que cuando camines por Princes Street y veas el bullicio de las tiendas, no dudes en entrar en este oasis verde. Desde Brújula Free Tours, te aseguramos que será uno de los recuerdos más especiales de tu viaje.
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